Pinto Pinto Gorgorito

Libre… Liiibreee, como el sol cuando amanece yo soy liiibreeeee… Sí. No me había dado cuenta hasta ahora que lo soy.

La semana pasada descubrí que un virus (al menos) había infectado mi ordenador y estaba haciendo de las suyas, unas muy evidentes (que me fastidiaban) y otras no tan evidentes y desconocidas (que me causaban pánico por aquello de que se trataba del pc donde hago mis transacciones personales).

Mi antivirus (Microsoft Security Essentials) y mis periódicas tareas de desinfección y limpieza, no consiguieron mantener mi “maravilloso Windows 7 Ultimate” a salvo. Me descargué toda clase de programas (antivirus, antispyware, antimalware, antiadware, antitodo…) de todas las marcas posibles (Panda, McAfee, Norton, TrendMicro, y muchos otros…). Los ejecuté en sesión normal, en modo seguro sin red, en modo seguro con red, online, y con discos de arranque. Llegué a tener 3 escaneos simultáneos. Todos ellos detectaron decenas de “bichos” que los demás no detectaban. Bichos que se supone que no debería tener porque estaba “protegido” por el mismísimo antivirus de Microsoft, que, digo yo, nadie mejor que ellos para conocer su propia “casa”.

Visité multitud de foros, en español, en inglés. Todos proporcionaban las típicas recetas que se supone que funcionan y que yo ya había probado en todas las variantes posibles. Pero no resultó. Una y otra vez, tras cada uno de los innumerables reinicios de mi pc (pobrecito mío) los efectos perniciosos del bicho/s seguían allí.

Con tanto virus, había instalado y desinstalado tantos programas, borrado tanta basura, limpiado tanto registro, además de lo que todos estos programas habrían podido hacer por si mismos, que, al cabo de 3 días en la UCI, el paciente enfermo Windows 7 sufrió un fallo “multiorgánico” del cual no se recuperó.

Mi pc no arrancaba. Una pantalla negra presagiaba el futuro inmediato. ¡¡¡ Pánico !!!. Y no. No era por perder mis archivos personales (fotos, vídeos, documentos, emepetreses…). Porque hacía años que decidí tener un segundo disco duro donde almacenar este tipo de archivos al margen de los del sistema operativo. El pánico era por el tiempo que iba a tener que emplear para restaurar mi pc a su estado original, con el Windows, y todas las aplicaciones, plugins, codecs, etc… y antivirus en los que no se puede confiar, para poder conseguir usarlo como antes.

Y vi la luz cuando empecé a hacerme una serie de preguntas:

• ¿Hay algo que haga Windows que no haga otro sistema operativo?
• ¿Tengo que aguantarme con un sistema operativo que empeora con el uso y que inevitablemente me haga “formatear y reinstalar”?
• ¿He de sufrir la lacra inevitable del malware y “software malintencionado” que acabará instalado en mi pc haciéndome qué sé yo qué tropelías?
• ¿Tengo que pasar por taquilla para tener un sistema operativo en mi pc?.
• ¿Tengo que utilizar Windows sabiendo que después de instalarlo necesito instalar multitud de programas, codecs, plugins, para que mi ordenador sea útil?
• ¿Tengo que utilizar un sistema operativo que fomenta las aplicaciones de pago que “necesito” instalar?
• ¿Tendré que usar de nuevo software pirata, cracks, keygens y demás?
• ¿Tengo que utilizar un sistema operativo que necesita que cada periférico que añadamos tenga que venir con un cd de instalación?
• ¿Tengo que estar preocupado por tener el sistema actualizado y todas sus aplicaciones dependientes también?
• ¿He de aguantarme con un sistema operativo que gobierna el ordenador grabando los ficheros desordenadamente en el primer sitio que encuentra haciéndolo cada vez más lento y obligándome a “desfragmentar”?
• ¿He de confiar en un sistema operativo con tantos agujeros de seguridad que necesita ser parcheado (a toro pasado, claro) constantemente?
• ¿He de confiar en un sistema operativo que oculta su código fuente y que es capaz, sin nuestro conocimiento, de “robarnos” información y ejecutar código (si quisiera) o permitir, por sus vulnerabilidades, que otro software lo haga?
• ¿He de gastarme el dinero y confiar en un sistema operativo en el que, si detecto un fallo, nadie puede darme solución (porque el código es cerrado) salvo su sistema centralizado de mantenimiento (si es que se percatan de ese error)?
• ¿Tengo que soportar un sistema operativo que casi para cualquier instalación, modificación, actualización o solución de problemas me pida “reiniciar”?
• ¿Tengo que usar un sistema operativo cuyas versiones sean más exigentes en cuanto a hardware y tilde de “obsoleto” a mi pc en pocos meses?
• ¿Tengo que usar un sistema operativo que solo me permite personalizar mi entorno de trabajo poco más que cambiando los iconos o el fondo de escritorio, y que ni siquiera me permite decidir qué quiero o qué no quiero tener a la vista o qué menú y de qué manera tenerlo?
• ¿Tengo que aguantarme con un sistema operativo “multitarea” que ante ciertas exigencias gráficas corra el riesgo de “petar”?
• ¿Hay algún programa bajo Windows (que no sea un juego, y a veces ni eso) del que realmente sea tan “esclavo” como para tener que utilizar Windows?
• ¿Son mejores por definición los programas bajo Windows?
• ¿Es inevitable que tenga que pasar por tanta porquería y tener que pagar en dinero y sufrimiento por ello?

Y me sorprendí a mi mismo respondiendo a todas estas preguntas con un rotundo NO.

Y en menos de 15 minutos instalé Linux, concretamente Ubuntu 10.10 Maverick Meerkat (bonito nombre además) y estaba listo para usar mi pc.

Y hace lo mismo, más y mejor que Windows. No empeora porque lo use y lo trastee. No existen virus, malware ni “software malintencionado” que lo dañe y perjudique mi seguridad.  Es gratis. No necesito usar software crackeado. Recién instalado está listo para usar al cien por cien porque ya contiene multitud de aplicaciones útiles. Fomenta el software libre y de código abierto. Los controladores de hardware están de forma nativa en el sistema operativo (salvo que el fabricante no haya querido liberar su código). Se actualiza tanto él como todos los programas con un solo click. No necesita desfragmentarse porque Linux “coloca” los archivos de forma ordenada y no a su bola.

No tiene puertas traseras que se usen para hacer cosas a nuestras espaldas porque al ser de código abierto todo es transparente para la comunidad independiente que lo mantiene. Los fallos se corrigen muy rápidamente de forma oficial y más rápidamente por la gran comunidad de gente que es capaz de aportar soluciones gracias a que el código es abierto. Casi nunca me pide “reiniciar”. Puedo ejecutarlo en pc’s que no sean de última generación (con lo que antes de tirar un ordenador puedo seguir usándolo con Linux). Puedo personalizar absolutamente todo mi entorno de trabajo decidiendo qué quiero, cómo lo quiero, dónde lo quiero… haciendo que sea “mi” sistema operativo. Gráficamente hace cosas increíbles que están fuera del alcance de Windows (si no es con más ram, más tarjeta gráfica, etc…). Prácticamente cualquier programa bajo Windows tiene su equivalente en Linux, y gratuito, al menos igual y a veces mejor.

Programas, juegos y hardware no compatibles lo son porque sus fabricantes guían sus estrategias de forma paralela a Microsoft. A medida que la comunidad de usuarios de Linux crece todo esto poco a poco va cambiando. A pesar de estos obstáculos la comunidad de usuarios siempre da soluciones. Y con las aplicaciones online (cada vez más extendidas) no se requiere Windows.

Y estoy encantado. Todo funciona a la perfección y con rapidez, más rapidez. Me divierto. Siento que tengo el control. Me siento a salvo y me siento libre. LIBRE.

¿Que es más fácil Windows? En cierta época lo pensé. Linux me parecía complicado. Pero ahora me parece incluso más fácil. Pensemos en un familiar que no tiene conocimientos informáticos. Para instalar un sistema operativo nos llamará a nosotros, los “entendidos”. En ambos casos el “engorro” es el mismo: dejar el ordenador perfectamente configurado. Con la diferencia de que con Linux no es necesario modificar nada más que no sea hacer el aspecto más a nuestra manera. Pero, a partir de ahí, ¿cuántos problemas crees que tendrás que solucionarle porque tal o cual cosa en el “windows” no va?.

El resto es cuestión de costumbre y superar el síndrome de abstinencia por haber dependido de tanta porquería.

Siento la libertad y duermo tranquilo. Pregúntate lo mismo que yo y atrévete a responder con libertad.

UBUNTU EN ACCIÓN