Pinto Pinto Gorgorito

En la vida cotidiana uno se encuentra con un montón de afirmaciones, unas más extendidas que otras, que mucha gente da por sentada porque “lo ha oido” o “lo ha leido” por ahí. Y se asumen con tanta rotundidad como falta de comprobación. La mayoría de las veces ocurre porque no bebemos de la fuente original, y por lo tanto el mensaje nos llega contaminado, o porque no bebemos de una fuente fiable, con lo que el mensaje no es que nos llegue contaminado, sino que directamente es tóxico. En cualquier caso tenemos un par de responsabilidades: comprobar la fuente de la que bebemos, y mientras tanto no dar de beber de ella a otros.

¿Y voy a tener que actuar de esa manera con cada mensaje? Sería agotador. Y algunos acabarían calificándote de forma poco amable. Afortunadamente no creo que sea necesario, al menos con ciertos mensajes “inocuos”. Reclamar a tu interlocutor en todo momento pruebas de aquello que te sorprende o dudas sería injusto, en cierta medida, pues casi siempre se trata del mensajero. Pero sí te debe mover a buscarlas por tus propios medios. Y luego, por supuesto, evitar que otros beban de fuentes “contaminadas” o “tóxicas”.

Veamos algunos ejemplos de “verdades” cotidianas, leyendas, mitos, falacias o bulos, más o menos inocuos que damos por sentado porque… ¿sí?

Beber dos litros de agua al día es recomendable para la salud.

Falso. Beber más de dos litros de agua al día no conlleva una mejora en la salud. No existe ningún trabajo científico publicado en la literatura médica que avale este beneficio; por el contrario, hay trabajos que sí avalan los perjuicios de ingerir demasiado líquido (potomania): se puede alterar el buen funcionamiento de los riñones, la composición de la sangre y el equilibrio de fluidos y electrolitos dentro del organismo. Esto implica una sobrecarga de volumen plasmático en la sangre para el corazón y una sobrecarga de trabajo renal para eliminar ese exceso de líquido innecesario.
La leyenda tiene su origen en estudios que dicen que el cuerpo humano necesita aproximadamente 2,5 litros de agua diarios. Lo que ocurre es que la gran mayoría de esta cantidad se obtiene directamente de los alimentos y como producto del metabolismo. El resto ha de ingerirse para compensar las pérdidas. Existe algo muy antiguo que nos indica la cantidad de agua a beber: la sensación de sed.

Cortarse el pelo hace que después nos salga más fuerte.

Falso. Se trata de una ilusión. Varios estudios han comprobado que el cabello rasurado no crece más rápido y más fuerte. El cabello rasurado, sin punta fina, da la impresión de ser más grueso y más áspero. Además, la sensación subjetiva de ver una cabeza completamente pelada y al poco tiempo, verla oscurecida por el pelo, es muy engañosa. Esta idea está muy extendida precisamente por el aspecto subjetivo que ofrecen los pelos salientes con respecto a los que estaban ya largos. Además, si esto fuera cierto, habría muchas mujeres que tendría los pelos de las piernas como púas del 15, y sin embargo, se pasan años depilándose con maquinillas de afeitar y siempre los tienen igual.

La coca cola sirve para desoxidar un tornillo, para desatascar un desagüe y si sumergimos un filete en ella se consumirá.

Falso. En una gran parte la Coca-Cola es agua carbonatada, con acidulantes. El agua es el mayor disolvente conocido y más si está mezclada con ácidos como en el caso de la Coca-Cola, así que no debe extrañar que limpie ciertas manchas por efecto del agua que tiene la Coca-Cola. Pero esta composición es la de la mayoria de las bebidas refrescantes. La coca cola no es corrosiva. Acidez no es completamente sinonimo de corrosivo. Para corrosivo los jugos gástricos (¿a que queman los reflujos gástricos? eso sí que es corrosivo: ácido clorhídrico, como el aguafuerte doméstico). La Coca-Cola no tiene más acidez que una granizada de limón. Así que prueba a desatascar un WC con limonada.

El ciclamato (edulcorante) es cancerígeno.

Falso. La Coca-Cola ha sido objeto de más bulos. Como el del ciclamato “cancerígeno” de la Coca-Cola Zero. La agencia alimentaria de EEUU, FDA, tiene prohibido el ciclamato como edulcorante. Sin embargo la UE y la OMS no lo prohiben y avalan su uso. A pesar de que la FDA en 1982 reconoció que no existen pruebas que relacionen cancer con ciclamato, sigue prohibido. El bulo tiene su base en un dudoso estudio con ratas y ciclamato. Dudoso porque a las ratas se les suministró dosis 100 veces superiores a la recomendable para seres humanos, que es de 11mg/kg y día. Una persona de 75 kg de peso, para simular el mismo experimento, debería tomarse (75x11x100)/(25×3,3)= 1000 latas de coca cola zero diarias (una lata contiene 25mg/100 de ciclamato). La dosis diaria máxima recomendada equivaldría a 10 latas. Con esas dosis puede que el zumo de naranja o las tostadas con aceite sean también cancerígenos. Aunque creo que antes serían indigestos.

Es malo comer huevos diariamente.

Falso. Los huevos son un alimento completo y rico en proteínas y vitaminas sin efectos dañinos para la salud. Los huevos se eliminaron de las dietas por su alto contenido en colesterol, pero los estudios han demostrado que no hay ninguna relación entre el aumento del colesterol LDL o malo y el consumo de huevos. Consumido con moderación, el huevo no aporta el colesterol suficiente como para poner en riesgo la salud. No existen estudios que demuestren que uno o dos huevos por día modifican realmente los niveles de colesterol. Yo, si quisiera que alguien dejara de comer huevos, le daria 2 huevos diarios. En menos de dos semanas los aborrecería.

Para bañarse después de comer es necesario esperar dos o tres horas porque hay que hacer la digestión.

Falso. Recuerdo que cuando era pequeñito tenía que esperar 2 horas de reloj después de comer para bañarme porque si no tendría un “corte de digestión”. Algo que mis padres no supieron explicarme nunca. Más bien de lo que se trata es de la hidrocución: shock por diferencia brusca de la temperatura caracterizado por un estado sincopal provocado por el contacto brusco de la piel y de las vías respiratorias superiores con el agua fría, lo que desencadena un reflejo de inhibición de la respiración y la circulación generando una sobrecarga cardíaca que ocasiona en la mayoría de los casos un paro cardiorespiratorio.
Es cierto que tras comer producimos algo más de calor, lo cual podría parecer que aumenta las probabilidades de hidrocución al entrar en el agua (por la mayor diferencia de temperatura). Pero ¿acaso no aumentamos nuestra temperatura corporal al estar tumbados al sol como lagartos? Con evitar meterse de golpe en agua fría, no hacer ejercicio intenso antes del baño, mojarse poco a poco, no entrar en el agua muy acalorado, etc, es suficiente.

Las microondas son peligrosas para la salud.

Falso. Salvo que te metas dentro y alguien lo accione desde fuera. La energía de los hornos de microondas utiliza una longitud de onda similar a las de radio o las infrarojas. Esto no hace a la comida “radioactiva” ni la modifica molecularmente. Los rayos X de una radiografía o la radiación ultravioleta del sol están el extremo opuesto del espectro, y son millones de veces más poderosas. No existe ningún estudio que demuestre su peligrosidad en el uso cotidiano.

Los seres humanos solo utilizamos el 10% de nuestro cerebro.

Falso. Los creyentes en poderes paranormales se escudan en este mito para justificar la existencia de capacidades sobrenaturales más allá de ese porcentaje. ¿De donde se han sacado eso del 10 %? ¿Por qué no el 14,3% o el 9,05%?. Ningún estudio ha dado jamás semejante cifra ni precisión. Los estudios nunca han encontrado ninguna zona “durmiente” ni áreas inactivas o zonas que no estuvieran funcionando. Decir que nuestro cerebro funciona al 10% es tan engañoso como decir que nuestros olfato funciona al 10% porque no somos capaces oler algo a un kilómetro de distancia.

Aunque quizás creer en estas leyendas sea la prueba palpable del uso que hacemos de nuestro cerebro. Un 10%… o menos.