29 noviembre 2009 | Deja un comentario

Algo huele a podrido con la gripe A

¿llegaremos a esto?Después del mal aroma que nos dejan los calentólogos globales, me viene algo que ya me olía mal. Otro alarmismo… esta vez por la gripe A.

Escribo esto aquí, porque, una vez más, encuentro más debate en internet que en los medios tradicionales. Me incita escribir sobre el tema haber leido en FAEC un artículo titulado La gripe A: reflexión y propuesta (publicado originalmente en el blog ATRIO). En él, Teresa Forcades – médica y Doctora en Salud Pública- habla, con datos en la mano, del alarmismo sobre la gripe A, ofreciendo datos científicos, irregularidades que no deberíamos pasar por alto, consecuencias políticas, y otras reflexiónes y recomendaciones.

Que alguien te diga:

  • que el virus no es nuevo,
  • que existe por ello grupos de población que son inmunes a él,
  • que su mortalidad es aplastantemente inferior al de la gripe estacional (la normal),
  • que la OMS cambió la definición de pandemia (rebajando el listón casi a ras de suelo) y tras ello comenzamos a tener este affaire,
  • que, objetivamente, no hay datos científicos para calificar de pandemia algo que hubiera puesto, tras la nueva definición, a todos los Estados Unidos en Emergencia Sanitaria Nacional por 20 casos en el país (sin ningún fallecido),
  • que existe una carrera frenética de las farmacéuticas para la fabricación de vacunas (no sé si suficientemente probadas),
  • que estos laboratorios curiosamente diseñan las vacunas en dos dosis en lugar de una,
  • que algunos laboratorios están incluyendo en dosis aumentadas coadyuvantes artificiales potenciadores del sistema inmunitario (con consecuencias no medidas),
  • que las farmacéuticas fabricantes de estas vacunas están haciendo firmar a los gobiernos una exención de responsabilidad ante efectos secundarios imprevistos,
  • que una casualidad impidió una verdadera pandemia al detectarse que una partida de material (distribuida por media Europa) para fabricar vacunas de la gripe A estaba contaminda con los virus “vivos” (activos),
  • que esto tuvo relevancia nula en los medios tradicionales,
  • que, debido al cambio de definición de pandemia y su aplicación al caso de la gripe A, un gobierno puede obligar a la ciudadanía a vacunarse (1000 dólares por día de retraso en vacunarse para los habitantes de Massachussetts),
  • que nos hablen del inminente agravamiento de la pandemia, día sí y día también (que solo podría ser causada por una mutación del virus en cuyo caso, probablemente la vacuna actual no valdría),
  • que, por la nueva definición de pandemia, esta gripe benigna esté suponiendo un gasto de billones de euros por parte de los estados en aprovisionarse de dosis de vacunas y en campañas institucionales de divulgación, en plena crisis económica brutal,

me hace reflexionar mucho, y pensar que debo hacer caso de las recomendaciones de esta doctora en salud pública:

  • no vacunarme, y
  • fomentar un activismo ciudadano para evitar que un alarmismo como este no sea utilizado para limitar los derechos de los ciudadanos (de no vacunarse obligatoriamente, o de reclamar responsabilidades por efectos secundarios si sí nos vacunamos).

Puedes ver un video de una entrevista a Sor Teresa Forcades (llamado “Campanas por la Gripe A”) donde habla sobre el tema (sí, es monja benedictina, ¿no tendrás prejuicios?).

Sí, me huele mal todo esto y se me ocurre un paralelismo entre el caso del calentamiento global y el de la gripe A en cuanto al proceso para hacer pasar por el mismo aro a toda la población:

  • Un organismo transnacional con relaciones con la ONU hace saltar alarmas con dudosa base científica: el IPCC en el caso del calentamiento global, y la OMS en el caso de la gripe A.
  • Estos organismos, están compuestos por funcionarios, no todos ellos científicos ni mucho menos, colocados y financiados por los gobiernos (y cobrando sueldos y dietas por cada una de las múltiples reuniones que realizan) y que se basan en estudios científicos igualmente subvencionados, estudios que supuestamente están sometidos, para su validación, al “peer review” de científicos independientes de igual rango. Ese peer review que brillaba por su ausencia o que se obstaculizaba y que ha salido a la luz con el Climategate.
  • Un alarmismo del que se hacen eco los medios de comunicación tradicionales, que obtienen titulares cada vez más dramáticos para el futuro inmediato de la humanidad (¡calentamiento!, ¡pandemia!, ¡se derriten los polos y el aumento del nivel del mar dejará sin hogar a millones de personas!, ¡cómo sobrevivir a la gripe A!, ¿8000 muertos en España por la gripe A?, …). Titulares dramáticos y… grotescos.
  • Se establece un circulo vicioso: informes alarmistas-titulares espectaculares-informes más alarmistas-titulares más espectaculares… Dos titulares iguales no venden, el segundo debe ser más espectacular que el primero.
  • En los medios de comunicación tradicionales se discrimina a los escépticos que exponen dudas razonables por… ¿políticamente incorrectos?. Incluso puede ser uno acusado públicamente de herejía (Climategate).
  • Los gobiernos se reunen y toman medidas: a grandes alarmas grandes remedios. Sobre todo caros. Pero sobre todo leyes y leyes. Impuestos, restricciones, subvenciones, medidas de control, etc, para que todo sea más “sostenible”. Y, por supuesto, partidas presupuestarias millonarias para todo esto (subvenciones a energías renovables caras y de ineficiencia probada, o compra masiva de millones de dosis de vacunas).
  • Empresas sacan provecho y hacen negocio (bien fabricando, bien aprovechando subvenciones que se destinan para diversos programas relacionados): vacunas, generadores eólicos o solares, jabón líquido…
  • Y, finalmente, toda la ciudadanía… como borreguitos sin pensamiento propio.

¿En qué próximos casos de alarma mundial encontraremos el mismo paralelismo?

Os propongo un poco de pensamiento crítico para crearos vuestras propias opiniones y conclusiones. El primer paso… saber de qué va eso del pensamiento crítico.

Me temo que la peor pandemia no viene del virus H1N1.

Esto sí es un beso

Pese a la gripe A, ¿no prefieres un beso así en lugar del otro?

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